Today is Galicia's 'Saint's Day'. Inevitably, it's
dominated by yesterday's first anniversary of the horrendous train
crash at Angrois, near Santiago.
As I mentioned yesterday, the officials and
politicians responsible for an accident that was waiting to happen
have obstructed the judicial enquiry at every turn. And no one has
admitted anything or resigned. This is the way things are here.
Which, along with the rampant corruption of the politico-corporate
casta, explains why the Spanish are so cynical about not only
their politicians but also their judicial system.
As one commentator in today's Voz de Galicia
put it: It is the first duty of public officials and it has not
been fulfilled. To answer all the questions, however many times it's
necessary. To do your duty to those who won't complete any more years
because their stories ended on a curve. Galicia did respond with its
love - 'Thank-you, people of Galicia, for drying our tears" was
heard yesterday in Santiago. But no one could give thanks for having
their questions answered. A year ago they cried "Why?", but
there is only silence. For one day, for so many lives cut short, the
political class should rise to the level of the heroes of Angrois and
of the extraordinary common people. And Answer.
It's at times like this that it's driven home that
Spain is not the fully functioning democracy it appears to be on the
surface. Perhaps that's too much to expect only 40 years after the
end of a dictatorship.
Finally . . . Here's a letter also published in
the Voz de Galicia today. It's from a grieving father to his
deceased son. As a father, I couldn't bear to finish it. And I
certainly couldn't manage the task of correcting the usually useless
Google translation.
Carta a mi hijo virtual, héroe del Alvia 04155
Hola Tommy, hoy me he decidido a escribirte, entre
lágrimas y sollozos, triste, sí, pero orgulloso por sentir la
belleza más que nunca, esa que duele, por efímera e intangible.
Siento esa sonrisa permanente que tenías de pequeño y ese olor de
recién bañado cuando llegaba a casa después de un día de duro
trabajo y me esperabas para jugar un poco antes de dormirte. Siento
lo mucho que duele perder lo más preciado que pueda tener un padre,
pero me armo de valor para escribirte y contar al mundo lo que llevo
dentro, con el fin de que tu muerte no sea en vano y ayude a que tu
espíritu siga vivo. Desde aquel maldito día en que te fuiste, no
puedo dejar de llorar tu pérdida y a la vez celebrar que tu hermana
Laura se haya salvado, quizás gracias a ti, porque estoy convencido
de que si tuviste algún momento de consciencia de lo que estaba
sucediendo en ese fatídico momento, tu primera reacción fue
proteger a tu hermana, lo sé y por eso eres un héroe para mí. Que
por cierto está bien y sigue creciendo, está hecha una mujercita,
ya cumplió los quince años. Ella siente también mucho la pérdida
de vuestra madre y aunque aparentemente lo lleva bien, yo sé que en
el fondo lo siente mucho. Pero como es tan joven y tan inteligente
sabe que tiene que mirar hacia adelante y ser positiva, por lo que se
encierra en el estudio y siempre tiene la mente ocupada y además
saca muy buenas notas. Pero el pasado ya es una realidad que no se
puede cambiar y tenemos que mirar como evolucionar con esta nueva
situación, por el bien de Laura, sobre todo, puesto que tiene una
vida por delante, llena de posibilidades y ahora solo me tiene a mí
en el día a día para ayudarla a que se vaya creando expectativas de
futuro, a través del conocimiento propio y del ajeno. En este
sentido quiero centrar el objetivo de esta carta, y dado que me he
convertido en un ?padre virtual? para ti, quiero plasmar algunas
enseñanzas que la vida me ha deparado para que otros jóvenes como
tú encuentren una fuente de inspiración para encontrar sentido a la
existencia humana en una sociedad un tanto enferma y absurda como la
actual. De esta manera siento que mi labor de padre continúa y tu
papel de hijo permanece.
Nada es para siempre, la existencia es
efímera, eso es una gran verdad que te lleva a pensar si la cantidad
de años que uno vive es realmente determinante o es la intensidad lo
que realmente importa. De alguna manera tenemos que superar esta
angustia existencial que nos atenaza porque conocemos la única
verdad absoluta que existe y es saber que todos vamos a morir, más
tarde o más temprano. Dentro de 1000 años, tanto tú como yo
seremos iguales, igual que nuestros antepasados y los que están por
venir, lo que hayamos vivido será lo de menos. Nadie sentirá
nuestro calor, nuestro olor, nuestra energía. Lo que te lleva a
pensar que todos formamos parte de un solo organismo, al igual que
las células que se renuevan y contribuyen a mantener una estructura
superior, y solo así todo parece tener sentido. Venimos a este mundo
a aportar nuestro granito de arena y ya está. Todos somos necesarios
y prescindibles a la vez, es la gran paradoja que rige el universo y
nuestro destino, el principio de acción y reacción. A los humanos
nos corresponde contribuir a nuestra especie como cada uno pueda. Tú
lo has hecho, la vida para mí, para tu hermana, tu familia, tus
amigos y la sociedad ya no será igual sin ti. Tu contribución
dejará un poso que será exclusivamente tuyo y para siempre.
Tomás López Lamas
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